Monday, March 13, 2006

Renta Básica: el derecho a existir (1)

Un nuevo derecho se pone de moda. La verdad es que durante bastante tiempo- en el Reino de España- ni se hablaba sobre el mismo, y cuando se hacia era para descalificarlo, a veces tildándolo como reaccionario. Hoy ya se concibe como una posible alternativa.
Este derecho no es tan nuevo. Si quisiéramos buscar sus orígenes "modernos" deberíamos remitirnos a la Revolución Americana y a la Revolución Francesa. En última instancia ambas revoluciones propugnaron la defensa de los Derechos del Hombre.
Si nos vamos a la Revolución American nos encontramos con el "republicanismo" de Thomas Paine que, cuando escribe de los Principios del gobierno, introduce la noción de reciprocidad: "Cuando hablamos de derechos siempre debemos unirles la idea de deberes: los derechos se hacen deberes por reciprocidad. El derecho de que disfruto se convierte en mi deber de garantizarlo a otro, y el otro a mi; y quienes violan el deber incurren justamente en una pérdida del derecho".
Todo derecho conlleva su contrapartida. Por tanto, si partimos- como hace T. Paine- de las tesis de Locke cuando en su Segundo Tratado sobre el Gobierno civil defiende que la propiedad es fruto del trabajo, nos encontramos con un cierto momento en que la tierra (primera propiedad) se convierte en un bien escaso y la apropiación de la misma (propiedad común) es una propiedad que proviene de una "apropiación privada". Ante esto el republicano T. Paine en su texto Justicia agraria nos dice que "todo propietario de tierra cultivada, por tanto, debe a la comunidad una renta del suelo de la que ha de surgir el fondo propuesto en este plan".
Los revolucionarios franceses van por el mismo camino. El mismo Robespierre, ante el "derecho a la propiedad" pretende garantizar a todo ser humano el "derecho a la existencia". Así cuando habla de la propiedad defiende que este derecho no puede "perjudicar" a la existencia de nuestros semejantes. Pero además, ya en 1793, defiende que la República debe asegurar la existencia a sus ciudadanos: "¿Cuál es el primer fin de la sociedad? Mantener los derechos imprescriptibles del hombre. ¿Cuál es el primero de esos derechos? El de existir. La primera ley social es, pues, la que asegura a todos sus miembros de la sociedad los medios de existir; todas las demás se subordinan a este..."
Con el triunfo del Thermidor lo que conquista la hegemonía es el liber(al)ismo económico. La triada Libérté- Égalité- Fraternité es sustituida por la triada Libérté- Égalité- Propiété. Se sacraliza la propiedad y desaparece el "derecho a la existencia"
A comienzos del Siglo XXI el capitalismo ha dado un paso más. Ya no existe el enemigo exterior [stalinismo] que hacía necesario el "pacto keynesiano" y el Estado de Bienestar. Por consiguiente para qué mantener los derechos sociales, para qué mantener la escala móvil de salarios. Es preciso otro tipo de Estado que permita de nuevo una "acumulación masiva" de capital. Un Estado que flexibilice las relaciones laborales y que el trabajador también "arriesgue".
Un Estado que tampoco necesita los subsidios de empleo y que culpabiliza a los trabajdores de su situación de parado. Los distintos subsidios han ido disminuñendo hasta incluso desaparecer. El último ejemplo lo tenemos con la "Renta Mínima de Actividad" que se intenta imponer en Francia. Una renta que consiste en disminuir la "Renta Mínima de Inserción" hasta el límite de que si el trabajador no encuentra o rechaza un trabajo la Renta Mínima de Actividad tiende a desparecer. ¿Ante esto qué solución tomar?
En un momento en que el "capitalismo tardío" avanza hacia la barbarie con una internacionalización del capital sin límites, que se basa de nuevo en una apropiación masiva, en una "guerra permanente" que permita, como dice F. Chesnais, en "someter la actividad agrícola entera y exclusivamente al beneficio" . Una apropiación que no está teniendo límites y que se adentra en otros campos. Queda la pregunta ¿es posible la renta básica?
Javier Mendez-Vigo