Saturday, November 11, 2017

CIUDADANÍA, APOROFOBIA Y RENTA BÁSICA


* Comunicación presentada en el "CONGRESO INTERNACIONAL DE ÉTICA Y DEMOCRACIA" celebrado en Valencia.
Dicha comunicación es una base para un futuro artículo más amplio



INTRODUCCIÓN
A finales de los 90 terminaba mi tesis de licenciatura sobre la filosofía materialista de Diderot (dirigida por la profesora Adela Cortina). Mi camino filosófico caminaba hacia la Metafísica y/o Ontología. Sin embargo, esto dio un giro radical cuando mi directora de Tesina (que acabaría siendo directora de la Tesis Doctoral) me convenció para cambiar el camino. De pronto me vi trabajando sobre un “derecho” nuevo sobre el que sólo había publicado en el Estado español dos libros, de Fernández Iglesias y el otro de Daniel Raventós. Este derecho no era otro que el derecho a la Renta Básica.
Es en los años de discusión e investigación sobre el derecho a la Renta Básica, que aparece el artículo en El País (año 2000)de la profesora Adela Cortina sobre el término de Aporofobia ; artículo que nos permitía articular la investigación que precisamente en aquella época dirigía la profesora Adela Cortina. Hay que tener en cuenta que uno de los ejes de la Renta Básica radica en erradicar la lacra de la pobreza.
Precisamente el derecho a la Renta Básica permitía sentar las bases para acabar con la pobreza. Hay que tener en cuenta que a partir del último tercio del siglo XX vuelve a triunfar las coordenadas básicas de la teoría económica neoclásica. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando el pobre se siente excluido? ¿qué sucede cuando se le invisibiliza? Por último, acaso la pobreza no es algo consustancial al sistema económico dominante. Ya que si es así el pobre es una persona que pasa por una experiencia de injusticia que lo convierte en un no-ser, en invisible.
Si seguimos a E. MARTINEZ [2002] la aporofobia “sirve para nombrar un sentimiento confuso, y hasta ahora poco estudiado de rechazo al pobre, al desamparado, al que carece de salidas, al que carece de medios o de recursos”
¿Por qué la pobreza se ha convertido en la otra cara del bienestar? ¿A qué se debe que se haya transformado en “estructural? Pensamos que un “imaginario social” ha caído, desaparecido y ha hecho posible la pobreza estructural. Y es que la ciudadanía ha dejado de tener como referencia el trabajo.
CIUDADANÍA Y BIENESTAR
Ciudadanía va vinculada con la modernidad [MORENO MARQUEZ 2011]. Tal es la perspectiva liberal social que ha permitido hasta nuestros días el nexo entre individualidad y comunidad. Incluso para recordarlo dicha concepción proviene del mismo Kant, como indica Adela Cortina cuando nos dice que las bases de un Estado nacional se encuentra en una “constitución republicana que contenga la libertad, la igualdad y la independencia de un ciudadano [CORTINA 1997, 54].
Los derechos que se consiguen en la postguerra a partir del pacto keynesiano van a ampliar los derechos civiles a lo social
“A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, en la mayoría de los países de la Europa Occidental la extensión y cobertura de los derechos sociales va a ampliarse sensiblemente. En un contexto como éste toma vital importancia el empleo asalariado y más concretamente la pauta de empleo fordista, ya que junto al nexo entre lo individual y lo colectivo, el empleo se va a convertir en la puerta de acceso y el garante de la dimensión social de la ciudadanía- derechos sociales-“[MORENO MARQUEZ 2011]
Con dicha cita constatamos que los derechos sociales nos permiten hablar de una ciudadanía social, que ha sido el basamento del Estado de bienestar. Por otro lado la ciudadanía social contiene límites y es contradictoria ya que “esta figura de ciudadanía representa desde el punto de vista histórico una conquista democrática, si bien dentro de ciertos límites” [BALIBAR, 2013, 23-14]
El Estado de Bienestar nace por tres razones [RAMOS, 2011]: a) por la seguridad económica, b) la reducción de la desigualdad económica y c) la eliminación o la reducción de la pobreza. Pero para que esto ocurra el Estado debe de intervenir para conseguir unos una serie de servicios universales y el mantenimiento de un nivel mínimo de vida, El problema es dilucidarsi el Estado de Bienestar tal como lo hemos conocido es un “estado justo”. Pues el Estado para cumplir con todas estas exigencias se ha convertido en un Estado protector. Por lo dicho habría que distinguir entre justicia y bienestar
El pacto  keynesiano de postguerra supuso una serie de derechos y una economía basada en la cogestión; lo cual hacia que se caminara hacia una sociedad de pleno empleo. El trabajador se encontraba en una situación “segura” donde podría ser subsidiado en caso de caer en paro técnico.
El caso español es fundamental para adentrarnos en la problemática actual. La década de los ochenta es la década del afianzamiento de nuestro Estado de Bienestar y de nuestra entrada en la Unión Europea y en el mercado internacional. Y la entrada en la Unión Europea se realiza en medio de una crisis económica y en el momento en que en Europa se produce una nueva “división social del trabajo”. Pero además en la década de los 80 es cuando se inicia en toda Europa el ataque a los derechos sociales por parte de lo que más tarde iba a ser el neoliberalismo. El principio de dicha política económica fue “quebrar lo que hasta entonces se conocía como salario diferido.
Para la perspectiva neoliberal el Estado del Bienestar sobraba ya que es un obstáculo para el mercado. Pues para el neoliberalismo “el mercado debe convertirse en el regulador supremo del orden social, sin interferencia ni perturbaciones de ningún tipo. El Estado debe limitarse a desempeñar las funciones básicas de las relaciones exteriores, la defensa y, por supuesto, el orden interno, con sus dosis necesarias de represión. El Estado no tiene ningún papel económico que cumplir, porque todos los problemas puede resolverlos la iniciativa privada, y porque las soluciones que aporta el mercado son indiscutible mejores (…) La función esencial del sector público es justamente garantizar el libre juego de las fuerzas del mercado”[MONTES, 1996, 43]
El Estado de Bienestar quiebra cuando las condiciones de su existencia han periclitado y fundamentalmente porque la ciudadanía social se hizo pasiva y dependiente de un megaestado protector y parternalista. Cuando el imaginario social desaparece y el enemigo externo abraza el capitalismo. El vacío lo ocupa un desempleo masivo que crea un paro de masas.
POBREZA Y EXCLUSIÓN
En 1988 la Revista Zona Abierta publica un monográfico sobre Un salario social mínimo (garantizado) para todos. En dicho monográfico nos encontramos con la aportación de P. Van Parijs y Robert J. van derVeen donde proponen por primera ve lo que hoy conocemos como Renta Básica, aunque la llaman subsidio universal
Pero si, por el contrario, la renta garantizada adoptara la forma de un subsidio universal, concedido incondicionalmente a todos los ciudadanos, los ciudadanos, las cosas cambiarían sustancialmente. Dado que los ciudadanos tendrían un derecho absoluto a este subsidio, cualesquiera que fueran sus ingresos de otras fuentes, comenzarían a obtener unos ingresos netos adicionales tan pronto como realizaran cualquier trabajo, por pequeño que fuera y por mal pagado que estuviera. [VAN PARIJS, 1988]
Ph. Van Parijs con su propuesta intenta salvar las distintas trampas por las que pasan las Rentas Mínimas. Hay que tener en cuenta el hecho de que en Europa para paliar la crisis implementan una política social basada en las Rentas Mínimas de Inserción (RMI). Dicha política aparece cuando el neoliberalismo asalta los cimientos del Estado del Bienestar y comienza a recortar derechos. Recortes que comienzan con distintas reformas que inciden en una política de ajustes basadas ya en aquella época en la Austeridad.
Van Parijs veía su propuesta como un elemento fundamental para la sociedad. Así en una entrevista llega a decir “sea en Bélgica o en Europa o en el mundo, es necesario tener una respuesta plausible, a la vez radical y realista, al doble desafío de la pobreza y del paro. No hay respuesta duradera a dicho desafío que no pase por una forma de asignación universal” [VAN PARIJS, 2013]
Hay que tener en cuenta que el neoliberalismo en aquella época comienza a transformar el mundo del trabajo. Con la excusa ideológica de que el trabajo estaba perdiendo su centralidad y de que nos acercábamos al “fin del trabajo”, en la práctica desde una “contractualidad central” se desregulaba el mercado de trabajo y se sustituía la seguridad por la “flexibilidad en el empleo
Desde los distintos gobiernos neoliberales o social-liberales (en España) se sigue esta línea que con conllevaron “distintas reformas del mercado laboral orientadas a flexibilizar la contratación y los tiempos de trabajo, a debilitar la capacidad negociadora de los trabajadores y de sus representantes, incluso a penalizar la actividad sindical y el derecho de huelga” [ALÓS Y JÓDAR 2016]
El capitalismo soluciona sus crisis mediante el paro y la pobreza. Pero partimos de un hecho concreto que no es otro de que el desempleo es consustancial a la economía capitalista: “la desocupación es esencial al capitalismo porque la masa de desocupados constituye el límite de las pretensiones salariales de los obreros ocupados. Recrear una masa de desocupados es esencial para dividir a la clase obrera y dominarla” [SARTELLI, 2014, 298].
La pobreza cuando se convierte en estructural deviene en patología social. Hoy cuando ya algunos economistas nos dicen que el pleno empleo ya no volverá, que el único empleo será precario hay que buscar nuevas salidas. Pero realmente ¿qué es la pobreza? Si seguimos a Adela Cortina veremos que en principio
“La pobreza es carencia de los medios necesarios para sobrevivir, pero no solo eso. En este libro adoptaremos la caracterización de Amartya Sen, según la cual la pobreza es falta de libertad, imposibilidad de llevar a cabo los planes de vida que una persona tenga razones para valorar” [CORTINA, 2017, 43]
Pobreza es “falta de”, sobre todo falta de condiciones materiales para existir. Por tanto, la pobreza al carecer de dichas condiciones y a la falta de empleo puede llevar a la discriminación. Por otra parte, el sistema económico en este comienzo de siglo ha dado una vuelta de tuerca no s encontramos con el subempleo o con la figura de los trabajadores pobres, que para sobrevivir necesitan más de un empleo. Cuando hablamos de carencia queremos expresar tres características:
Falta de tener: expropiación de los medios de producción y consumo, rentas insuficientes o irregulares, ausencia de reserva de patrimonio.
Falta de poder: ausencia de dominio sobre las condiciones materiales e institucionales de su situación, precariedad y dependencia institucional que resulta, fragilidad de las redes de socialización, a menudo limitadas a la familia, ausencia de capacidad política.
Falta de saber: no solamente descalificación escolar, sino fundamentalmente incluso la débil capacidad de simbolizar, de construirse una representación coherente del mundo. [BHIR Y PFEFFERKORN, 2015]
Las políticas económicas actuales no sólo excluyen a los pobres, sino que el neoliberalismo los criminaliza. Ser pobre es un delito en nuestras sociedades. Sociedades en las que gracias al trabajo precario ha aparecido las infraclases que conlleva la persistencia de pobreza urbana y como consecuencia a la exclusión social que aparece cuando los individuos no tienen garantizado sus derechos. Cuando una sociedad desvía lo público a la intervención privada y por tanto desaparecen todos los programas de ayuda pública es una sociedad enferma
La sociedad neoliberal ha hegemonizado un lenguaje y una cultura que “ha conseguido negar la existencia de la clase trabajadora” y utiliza la terminología de “dentro” y “fuera” del sistema. Con lo que introduce el término de “clase marginada” para los de fuera como “clase inferior”. Este discurso integra dos procesos fundamentales en la estructuración social que permiten la criminalización de la pobreza: la intensificación del Estado penal y la disminución del Estado social [TORRE, 2015]
La pobreza es “falta de libertad”. ¿Es posible erradicarla? Pues erradicarla, como dice Adela Cortina es un deber de justicia. ¿Es posible erradicarla mediante el derecho a la Renta Básica?. Hay que decir que la propuesta de Van Parijs nos lleva a un modelo débil. Van Parijs, parte del principio de diferencia de Rawls. Desde nuestra perspectiva es necesaria una concepción de la Justicia más radical [MÉNDEZ-VIGO 2006, 293-304]
Por nuestra parte trabajamos desde la perspectiva de un modelo fuerte de la Renta Básica que no es otro que el republicano.
¿Qué entendemos por Renta Básica desde el punto de vista republicano? “La RBU es una asignación monetaria incondicional a toda población. Sin condiciones. La diferencia fundamental con las asignaciones monetarias públicas condicionadas que hemos conocido (rentas de inserción, subsidios a la pobreza, subsidios de desempleo…) es que para recibir estas últimas se precisa de alguna condición: estar en el paro, no llegar a determinado nivel de renta… La RBU es incondicional, como el derecho al sufragio universal más allá donde existe, sin condiciones: hombre o mujer, rico o pobre, heterosexual, católico o ateo…”[RAVENTÓS 2015]
RENTA BASICA Y MOVIMIENTOS SOCIALES
Desde el republicanismo no se puede hablar de ciudadanía sin tener en consideración las condiciones materiales de los ciudadanos. Por tanto sería necesario la “independencia material de los ciudadanos ya que “esta independencia material otorga a los individuos el poder de negociación para poder llevar a cabo de forma efectiva los planes de vida propios y, de este modo, evitar la posibilidad de quedar convertido en meros instrumentos de terceros”.[RAVENTÓS, CASASSAS, 2003]
En última instancia Raventós parte del concepto de libertad como no- dominación que recoge del republicanismo histórico mediante lo cual “alguien es libre si no depende de otro para vivir” Desde el republicanismo la “ciudadanía plena no es posible sin independencia material o sin un “control” sobre el propio conjunto de oportunidades así concretado”[RAVENTÓS 2007, 77] Nadie puede ser libre sino tiene las condiciones materiales de existencia. Como bien dice Adela Cortina, la pobreza es, a fin de cuentas falta de libertad [CORTINA, 2017,129]
¿Cómo conseguir la Renta Básica? Desconfiando del parlamentarismo ya que las veces que ha llegado la propuesta a cualquier Parlamento dicho derecho termina degradándose hasta quedar convertido en una Renta Garantizada o en un nuevo tipo de subsidio. Sólo desde la sociedad civil [MÉNDEZ-VIGO 2013, 1997 y ss] es posible sentar los cimientos para para conquistarlo.
La Renta Básica ha entrado de lleno en los debates de los movimientos sociales y de la sociedad civil. Desde el 15M en las plazas se implementa una alternativa. Dentro de dicha alternativa la Renta Básica es una propuesta más. Ya no es cuestión de economistas de escuelas o de pensadores. La Renta Básica se convierte en una propuesta para “democratizar la vida”. Ahora bien, la Renta Básica no es más ni menos que un derecho, no una política económica. Un derecho que sirve para erradicar la pobreza.
Hay que tener en cuenta que desde la ruptura unilateral del pacto keynesiano por parte del neoliberalismo el capitalismo ha construido un nuevo “espacio geográfico” que ha supuesto el desmantelamiento de la protección social y del bienestar que se une a la incapacidad del mercado de trabajo para ofrecer un trabajo digno y salarios suficientes. Lo que se ha instaurado es el trabajo precario que al final ha precarizado la vida. Por eso:
En este contexto, observamos en la emergencia de la renta básica entre movimientos sociales y políticos de muy distinta índole el intento, por parte de las clases populares desposeídas por el giro neoliberal del capitalismo, no ya de recuperar el terreno perdido en los últimos años, sino de superar las instituciones básicas de los regímenes tradicionales para construir nuevos consensos sociales que den mayor margen de maniobra al grueso de la población trabajadora [CASASSAS, MARJARIN, 2013]
El garantizar la vida, el garantizar incondicionalmente un ámbito de la existencia autónoma supone “articular vidas vivibles[CASASSAS, 2016]. Supone flexibilizar autónomamente la vida que nos permitan llevar tareas distintas y acorde con nuestras necesidades a lo largo de nuestra vida. Aunque esto pueda llevarnos a trabajos no remunerados.
Existen otros proyectos de vida más allá de la coacción del trabajo asalariado. Esto lo puede proponer la economía social y solidaria (ESS) que implementa un trabajo cooperativo que “empodera a las personas”. Es decir, una nueva economía o más bien humanizar la economía.
Ahora bien, será a partir de la aparición las Marchas por la Dignidad cuando el movimiento de parados comienza a autoorganizarseen  los que se conoce por las Mareas Básicas. Dicho movimiento tiene como eje centra la Renta Básica como único medio de democratización de la sociedad. Y esto es así porque  “el empleo está dejando de ser la puerta de entrada a la ciudadanía” y además se piensa que “no es el trabajo lo que dignifica sino la existencia humana”[CAÑADA, 2017]
La etapa actual del neoliberalismo (neoliberalismo punitivo) nos hace a todos dependientes endeudándonos y empobreciéndonos; ya que el paro forzoso y la exclusión social nos adentran en una sociedad no ya de riesgo sino de invisibilización de grandes masas. Por dicha razón las Mareas han trabajado en la constitución de los que denomina el sujeto de la Renta Básica. Y aquí hay que ver la experiencia de los Campamentos Dignidad de Extremadura constituyendo este nuevo sujeto que permitan un “empoderamiento popular”
La experiencia de  los Campamentos Dignidad junto a las PAH y otros movimientos por los derechos sociales ha transcendido la lucha por la Renta Básica. Es más,la Plataforma por la Renta Básica se ha transformado den Movimiento por los derechos sociales. Y el abanico reivindicativo no ha dejado de enriquecerse, pues a partir de la lucha por la Renta Básica ha salido toda una serie de derechos sociales: la pobreza energética, la exigencia de comedores escolares o la reivindicación del acceso a la tierra.
La experiencia de las Mareas y Campamento Dignidad es una experiencia que construye pueblo, no muchedumbre. Pueblo significa lealtad y fraternidad, los bienes materiales y empoderamiento de las clases populares.
La Renta Básica es un derecho. Pero los derechos aspiran, por propia naturaleza “el contradecir la dinámica expropiadora-desposeedora del capitalismo” [CASASSAS, 2016). Y los derechos, aunque sean individuales, sólo se consiguen de manera colectiva. Por dicha razón este nuevo sujeto es el pueblo, un movimiento de comunidades de lucha por la Dignidad: Renta Básica
Javier Méndez-Vigo
Noviembre de 2017
  
BIBLIOGRAFÍA
LIBROS
Balibar, Etiénne[2013], Ciudadanía. Adriana Hidalgo Editores, Buenos Aires
Cortina, Adela[1996], Ciudadanos del Mundo. Alianza Editorial, Madrid
                          [2017], Aporofobia, el rechazo al pobre. Paidós. Barcelona
Casassas, David (dir.)[2013], Revertir el guión. Trabajo, derechos y libertad
Catarata, Madrid
Méndez-Vigo, Javier [2013], Renta Básica  y trabajo. Palibrio, Bloomington
Montes, Pedro [1996], Golpe al Estado del Bienestar, Icaria, Barcelona
Raventón, David[2007], Las condiciones materiales de la libertad. El Viejo Topo,
                                         Madrid
Sartelli, Eduardo [2014], La cajita infeliz. Un viaje marxista a través del capitalismo
Akal, Madrid
Vanderborght, Yannick, Van Parijs, Philippe[2005], L’allocationuniverselle. La
Decouverte, Paris

ARTICULOS
Alos, R y Jodar, P [2016] Flexibilidad y empleo degradado: vidas vulnerables en el capitalismo liberal; en Pasos a la Izquierda nº4; http://pasoalaizquierda.com
Bihr, Alain ,Plefferkon, Roland,[2015] Pauvreté; en Bihr, Alain et Pefefferkon, Roland (dir.), [2015] Dictionnaire des inégalité. Armand Collin, Paris
Casassas, David; Marjarin, Edgar [2013] La renta básica en los ciclos de protesta contemporáneos; propuestas constituyentes para la democratización de la vida republicana. Educación Social. Revista de Intervención educativa, 55 p. 62-75
Casassas, David [2016] La centralidad de los trabajos en la Revolución Democrática ¿Qué aporta la perspectiva de los derechos?; en Casassas, David (coord.) [2016] Revertir el guión. Trabajos, derechos y libertad. Catarata, Madrid
Martinez Emilio [2002] Aporofobia; en Conill, Jesus (coord.),Glosario para una Sociedad Intercultural. Bancaja, Valencia
Mendez- Vigo, Javier [2006], Una lectura crítica del “Principio de diferencia”; XVI CongrésValenciá de Filosofia. Valencia
Raventós, Daniel[2003], La Renta Básica y el poder de negociación de “los que viven con permiso de otros”. Revista Internacional de Sociología nº34, p. 187-201, Madrid
Torres, Isabel [2015], La criminalización de la pobreza al servicio del neoliberalismo; en Viento Sur nº 137, Madrid
Van Parijs, Philippe [1988] Una vía capitalista al comunismo; en Varios [1988], Un salario social mínimo (garantizado) para todos. Zona Abierta (47/48). Madrid







Sunday, September 24, 2017

CUESTION DE DERECHOS

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“En la versión neoliberal, el paro tiene como causa fundamental la inflexibilidad de los salarios, porque si los trabajadores estuviesen dispuestos a admitir una reducción suficiente, la economía se orientaría automáticamente hacia el pleno empleo”[Pedro Montes, Golpe de Estado al bienestar, Icaria 1996]

En 1997 la profesora Adela Cortina publicaba “Ciudadanos del mundo”. En dicha obra, siguiendo a T. H. Marshall, se hacía una lectura ético-política del concepto de ciudadanía. Es verdad que, por aquella época, precisamente en 1996,Pedro Montes delimitaba lo que estaba siendo la nueva política que conocemos como neoliberalismo. En Golpe al estado de bienestar el economista relataba lo que estaba asentándose y que suponía un retroceso de los derechos económicos y sociales. Unos cuantos años antes y con motivo del bicentenario de la Revolución Francesa, el pensador marxista Étienne Balibar teorizaba sobre la egalibérté [igualibertad]que la ido insertando en el concepto de ciudadanía. Pero a diferencia de los demás pensadores Balibar concibe la ciudadanía como conflicto:
A pesar de la diversidad de estos fenómenos, se advierte que el conflicto en última instancia siempre es determinante, porque la igual- libertad no es una disposición originaria, y porque los dominantes jamás ceden sus privilegios o su poder de forma voluntaria, incluso si les sucede, bajo la presión de los acontecimientos, que son tomados por la embriaguez de la fraternidad” [Ciudadanía]. Para Balibar la ciudadanía supone también la exclusión y lo hemos visto en los últimos tiempos en la “banlieu” parisina.

Pero volvamos al Estado del Bienestar y lo que significaba la ciudadanía en el mismo. Para Adela Cortina dicho Estado se configura como:a)Intervención del Estado en los mecanismo de mercado, b) política de pleno empleo, c) Institucionalización de los sistemas de protección, d) institucionalización de ayudas  para los que o pueden estar en el mercado de trabajo.

Crisis del Estado del Bienestar

Borja Barragué nos recuerda que “después de 1945, una de las tareas de los políticos de postguerra consistió en vincular las clases medias comerciales y profesionales a las instituciones del Estado, pues, se pensaba, fue la desafección de este grupo lo que había dado lugar al fascismo” [El derecho a la renta básica y el Banco de Justicia]. El pacto keynesiano o lo que otros denominan los “Años Gloriosos”, podemos afirmar que es el “momento” socialdemócrata. Pero dicho pacto fue producto de una serie de circunstancias. La derrota del fascismo supuso al mismo tiempo el triunfo del stalinismo en la parte oriental de Europa y, queramos o no, las conquistas sociales de dicho bloque se convirtieron en un espejo para todo el movimiento obrero occidental; además de las grandes luchas de dicho movimiento en entre guerras para conquistar los derechos sociales y económicos. Ciudadanía y trabajo forman un núcleo duro de dicho momento socialdemócrata.

Por consiguiente, la burguesía llega al pacto para evitar la ola revolucionaria. Un pacto que permite la cogestión de la economía por parte de las organizaciones de la clase obrera a cambio de no cuestionar el sistema económico. A cambio el movimiento obrero obtiene una serie de derechos, como el SMI, o en otros países (Italia) la Escala móvil de salarios, además de lo que durante años hemos conocido como el salario diferido y el casi “pleno empleo”.

Pero el “paraíso dura poco” (aparte de que dicho paraíso se basaba en mantener al Tercer Mundo fuera del pastel y por tanto explotando sus recursos). Un paraíso que entra en crisis cuando el modelo de acumulación capitalista entra en caída y se produce un estancamiento económico. Es lo que sucede con la primera “crisis del Petróleo” y la aparición de la burguesía árabe que quiere parte del pastel. Son los petrodólares. Es el momento también de la aparición del neoliberalismo.

Y en la trampa neoliberal, ya desde el principio cayeron tanto los socialdemócratas como los eurocomunistas a lo largo de la década de los 80. El triunfo político deRegan/Tatcherse fundamenta en dos derrotas del movimiento obrero tanto en los USA como en Inglaterra. Siempre tuvieron muy claro que para triunfar había que cambiar la correlación de fuerzas, por tanto en derrotar al movimiento obrero, y el eje de esto pasaba por quebrar el sindicalismo de clase.

Si, por otra parte, nos remitimos al reino de España, nos encontramos que el Estado del Bienestar se comienza a construir saliendo de una dictadura, y en el mismo momento en que en el resto de Europa triunfa el neoliberalismo y se aplica ya la política de la austeridad que abrazan tanto el eurocomunismo(por boca de E. Belinguer) como por la socialdemocracia (por boca del canciller alemán Smitch). En aquella época se nos decía que “en tiempo de crisis el trabajador tenía que apretarse el cinturón, para recoger las migajas en tiempos de recuperación”.

Además, el hecho de construir un Estado del bienestar pactado (el régimen del 78) supuso dejar del lado una serie de derechos, como son la cogestión (que nace pervertida en el Reino de España), la huelga por solidaridad o la prohibición de la “caja de resistencia”. El modelo español es un modelo débil y diríamos que vigilado; tan sólo hay que ver las distintas [contra]reformas laborales donde el movimiento obrero ha ido cada vez perdiendo más derechos.

Hasta los 70 ciudadanía/trabajo formaban un binomio cultural y social. Por el trabajo se integraba como ciudadano. El asalto neoliberal arremete contra las mismas raíces de dicho binomio. Ya en los 80 se nos habla del “fin del trabajo” por lo que había que buscar otros medios para que hubiera integración. La realidad fue muy distinta. Dicha tesis que fue asimilada por cierto tipo de izquierda nos llevaba a otro término como fue el de actividad. Ahora bien el capitalismo neoliberal iba por otro camino. Pero no es el tema de este post. Tan solo decir que tal propuesta sirvió para dar el último hachazo a los derechos económicos y sociales. Lo que se buscaba no era más que conseguir la  división del movimiento obrero y chantajear entre un núcleo duro (trabajadores fijos) y aquellos que iban quedando fuera del sistema. Y la debilitación del sindicalismo. El neoliberalismo deriva la sociedad y la economía hacia un individualismo, creando súbditos en vez de ciudadanos.

Un nuevo derecho: la RB

En 1988 la Revista Zona Abierta publica un número que lleva por título “Un salario social mínimo (garantizado) para todos”. En dicho dossier el filósofo Philippe Van Parijspublica el artículo “Una vía capitalista al comunismo” donde nos dice: “si, por el contrario, la renta garantizada adoptara la forma de un subsidio universal, concedido incondicionalmente a todos los ciudadanos, las cosas cambiarían sustancialmente. Dado que los ciudadanos tendrían un derecho absoluto a este subsidio, cualesquiera que fueran sus ingresos de otras fuentes, comenzarían a obtener unos ingresos adicionales tan pronto como realizaran cualquier tipo de trabajo, por pequeño que fuera y por mal pagado que estuviera”. He aquí la primera versión de lo que luego conoceríamos como Allocationuniverselle, y en la lengua cervantina como Renta Básica.

Es verdad que dicha primera versión chocaba. De hecho en el mismo número de la revista hay toda una discusión con los pensadores que en aquél momento se denominaban a si mismos miembros del “marxismo analítico” que más tarde Van Parijs dejaría para defender un liberalismo solidario. La verdad es que Van Parijs va a realizar una lectura del principio de diferencia de Rawls para fundamentar un posible Estado del Bienestar, recogiendo las tesis de Thomás Paine.

Desde mi perspectiva la propuesta de Van Parijs y su liberalismo solidario es una propuesta débil. Ya en mi tesis doctoral [Renta Básica y trabajo, cp2. Palibrio. Sintetizo esta postura] Es necesario realizar una lectura “radical” del Principio de la diferencia para transforma la propuesta. Es lo que hago en mi artículo “Una lectura crítica del “Principio de diferencia” (XVI CongrésValencià de Filosofia).

Cuando se publica esta revista el Reino de España se encuentra en el segundo gobierno de Felipe González, que comienza a practicar una política liberal que le conduce a una propuesta de reindustrialización que no es otra cosa que entrar en la nueva división internacional del trabajo que se le exigía para entrar en Europa. Es la época del cierre de AHM entre otras industrias. Hay que tener en cuenta que en Europa nos adentramos en una política monetarista… Donde el paro lleva camino de convertirse en un “paro de masas”. 

¿Cuál es la política social en Europa? Por un lado, la RTT. Pero ya aquí se produce una quiebra pues cierta fracción de la izquierda europea defiende que la misma sea sin rebaja salarial; mientras que la socialdemocracia propugna lo contrario. Por otra parte, la socialdemocracia allá donde gobierna implementa una política de rentas que conocemos como RMI. Es precisamente la que Van Parijs en su artículo propone convertirla en un derecho absoluto ya que, según los defensores de la RB, la política de la RMI no supera ni la “trampa del paro”, ni la “trampa de la pobreza”.

¿Por qué decimos que es un derecho? La RB no es un subsidio como pueda ser la RMI. Los subsidios no son individuales y llevan una contraprestación y/o una obligación (la de trabajar), dejándose de recibir si se encuentra un trabajo, aunque dicho trabajo sea inferior a la subvención. 

Quizás para los críticos de la RB sea una propuesta radical. Por eso extraña cuando desde cierta izquierda (fundamentalmente aquella que defiende el trabajo garantizado) se acusa a la RB de ser una propuesta que hace la derecha, en particular, la derecha fascista. Refiriéndose a M. Friedman y la “escuela de Chicago”. Llegan a confundir el Impuesto Negativo que implementó dicha escuela en el Chile de Pinochet con la RB.

Pero lo extraño que estos críticos (de izquierda) nunca se acuerdan de otros autores, como Oscar Lange (cabeza visible de los defensores del “socialismo de mercado”) que ya en 1936 en un discurso ante la ONU propugna un “dividendo social”, ni se acuerdan de Erich Fromm, ni de B. Russell. Como tampoco se acuerden de Paul Lafargue, o de Bujarino Preobrazhensky. Tan sólo por citar algunos, que podríamos continuar.

De lo que se trata es defender un nuevo derecho y que mejor que partir del republicanismo. De lo que se trata es defender el derecho a la existencia como afirmaba Robespiérrey más tarde los precursores del comunismo como Babeuf.Robespiérreal ser preguntado por los derechos nos decía: “¿Cuál es el primer fin de la sociedad? Mantener los derechos imprescriptibles del hombre” ¿Cuál es el primero de esos derechos? El de existir. La primera ley social es, pues, la que asegura a todos los miembros de la sociedad los medios de existir, todas las demás se subordinan a ésta…” El Thermidor instauraría un liberalismo doctrinario y sustituiría la Fraternidad por la Propiedad en la tríada revolucionaria. Si a esto le añadimos la “ética del trabajo” nos adentramos en la sociedad neoliberal que convierte el “derecho al trabajo” en el “deber de trabajar”.

De lo que se trata es de que cualquier persona tenga las “condiciones materiales de existencia” cubiertas para vivir. Desde el republicanismo la RB se convierte en un nuevo derecho a conquistar. Pero sobre esta propuesta volveremos en otro post.

Conclusión

¿Cómo conseguir este derecho? Desde abajo, desde la sociedad civil. A pesar de que es necesario que se oiga la voz de la RB en el parlamento, desconfianza total del mismo. La última prueba la tenemos en el rechazo de estos días de la propuesta de la “renta garantizada de ciudadanía” rechazada en el Parlamento por el Partido mayoritario. 

PD. Para los compañeros del Trabajo Garantizado. Pensadores (y dirigentes políticos) poco sospechosos de neoliberales o fascistas proponen la lucha por la RB como un instrumento para la “libertad real”. Tan sólo citaré dos: Alex Callinicos (Igualdad. Alianza Editorial; Un manifiesto anticapitalista. Crítica) y Erik Olin Wright (Construyendo utopías reales. Akal)

Bibliografía:
Adela Cortina, Ciudadanos del Mundo. Alianza Editoria. Madrid 1997
Javier Méndez-Vigo Hernández, Renta básica y trabajo. PalibrioBloomigton 2013
, Una lectura crítica del “Principio de Diferencia” XVI
CongrésValencià de Filosofia. Valencia 2006